
Bernie Moreno y Rubén Gallego, ambos de origen colombiano y de partidos opuestos, encabezan dos delegaciones del Senado de EE.UU. que buscan reforzar la alianza con Colombia mientras crece la presión sobre el gobierno Petro y el caso judicial de Álvaro Uribe.
Colombia es la tercera parada en la gira por América Latina del senador republicano Bernie Moreno, tras visitar México y Panamá. En las próximas horas iniciará su agenda en Bogotá, acompañado por Terrance Cole, director de la DEA. Aunque su itinerario oficial arranca el 13 de agosto, primero sostendrá reuniones privadas con funcionarios estadounidenses en la capital colombiana.
Moreno podría acompañar al subsecretario de Estado Christopher Landou, enviado especial de la administración Trump, durante el funeral del senador Miguel Uribe.
Antes de viajar, declaró a la agencia AP su “profunda preocupación” por el rumbo del país bajo el presidente Gustavo Petro y advirtió que podrían ser necesarias sanciones, aranceles más altos y otras medidas de presión para “enderezar” el rumbo del país.
Aseguró que su visita busca evaluar de primera mano la estrategia antidrogas del gobierno antes de decidir si recomendará a la Casa Blanca la descertificación de Colombia.
Reuniones con Petro y Jerónimo Uribe
Caracol Radio confirmó que Moreno se reunirá con el presidente Gustavo Petro, así como líderes del Centro Democrático, empresarios y autoridades locales. Al final de la semana llegará la segunda misión del Senado estadounidense, encabezada por el demócrata Rubén Gallego, con quien Moreno también sostendrá un encuentro.
Fuentes indicaron que Gallego se reunirá con Jerónimo Uribe, hijo del expresidente Álvaro Uribe Vélez, para hablar del proceso penal contra su padre, condenado a 12 años de prisión domiciliaria por fraude procesal y soborno.
Se espera que el senador Moreno participe en el Congreso de la ANDI en Cartagena junto con Gallego este jueves en una charla junto con el exembajador Juan Carlos Pinzón.
Aunque en partidos opuestos, Moreno y Gallego, ambos de origen colombiano, comparten la meta de mantener la histórica alianza bilateral entre Washington y Bogotá, un reto mayor ante la creciente polarización política en ambos países.