El senador conservador ha marcado una posición crítica frente al gobierno del presidente Petro.
Desde hace varios meses y en medio del sigilo, el presidente del Partido Conservador, Efraín Cepeda, empezó a mover sus fichas para llegar a la Presidencia del Senado de la República, en un año que va a ser fundamental para la agenda legislativa del Gobierno.
Durante este largo camino, Cepeda ha encontrado varios obstáculos: el primero, su oposición al Gobierno Nacional. Desde que llegó a la Presidencia del partido en febrero de 2023, Cepeda empezó a marcar distancia de la agenda legislativa del presidente Petro. Lo que empezó como una luna de miel entre los conservadores y el gobierno durante la presidencia de Carlos Andrés Trujillo, se avinagró rápidamente bajo la batuta de Cepeda, lo que llevó a que el partido pasara de ser parte de la bancada de gobierno a la independencia, a raíz de las diferencias que surgieron por el texto de la reforma a la Salud.
Sin el apoyo del Gobierno es difícil llegar a la Presidencia del Senado; sin embargo, las mayorías que ha consolidado Cepeda en la bancada conservadora y la pérdida de capital político del Gobierno en el Senado ha llevado a que ese primer obstáculo parezca, al menos por el momento, superado.
El segundo obstáculo tiene que ver con la oposición que surgió en el seno del conservatismo. La vertiente de senadores nuevos postuló al senador Marcos Daniel Pineda como candidato; sin embargo, en una reunión que se llevó a cabo el 7 de mayo, Pineda renunció a su aspiración para evitar divisiones y se sumó a la candidatura de Cepeda.
El más cercano aliado del Gobierno en el Partido Conservador, Carlos Andrés Trujillo, sigue en intentando buscar los votos de sus colegas. No obstante, la mención de su nombre en el escándalo de los carrotanques de la Guajira y su excesiva participación burocrática en el Gobierno durante su paso por la Presidencia del partido, dejó debilitada su figura en la bancada.
En los próximos días, la bancada conservadora en el Senado se reunirá para dejar definido a su candidato para el Presidente de la Cámara Alta y, fuentes que conocen detalles del proceso, nos cuentan que Cepeda tendría 12 de los 15 votos conservadores.
Ante ese escenario, al Gobierno le quedan dos posibilidades: insistir en la figura de Trujillo, yendo en contravía de la decisión mayoritaria de la bancada conservadora o intentar que se rompan los acuerdos de mesas directivas, intentando promover a un presidente de otro partido político, lo que sin duda generaría un caos político en el Congreso.